Mollet se encuentra en una llanura rica en agua. Sus orígenes geológicos se remontan a unos diez millones de años. De la época neolítica, destaca el Menhir de Mollet, descubierto en el 2009, una pieza monumental de casi cinco metros de largo y seis toneladas de peso, con relieves y grabados que lo convierten en un referente internacional.

Mollet del Vallès celebró su milenario el año 1993. El primer documento hallado en el que aparece su nombre se remonta al año 993. Por entonces, Gallecs y Mollet eran pequeños núcleos de población rodeados de campos y bosques.

La iglesia románica de Santa Maria de Gallecs, del s. XII, la base del campanario de la iglesia de Sant Vicenç, de los ss. XI-XII, y diversas masías son construcciones de aquel período. A finales del s. XV, se construye, sobre la modesta estructura románica, la nueva iglesia de Sant Vicenç, de estilo gótico.

Mollet se convierte en un punto geográfico importante en los trayectos por vía terrestre entre Barcelona y Vic y Barcelona y Girona-Francia. Pero no será hasta finales del s. XVIII cuando la población molletense crece de forma importante.

La tradición comercial de Mollet se ve reflejada en fotos antiguas que ya muestran un mercado ambulante en la plaza Prat de la Riba. Actualmente, es uno de los más grandes de la zona y aún hoy llena de vida las calles del centro de Mollet todos los martes.

A finales del s. XIX, Mollet se abre a la nueva era industrial. La Farinera de los hermanos Moretó, activa aún en la actualidad, o la Tenería Moderna Franco Española, son buenos ejemplos de ello. A principios del s. XX se instalan fábricas textiles como Can Fàbregas y Can Mulà. Esta nueva situación triplica la población de Mollet entre 1900 y 1940. A pesar de ello, se sigue manteniendo, en gran medida, la actividad agrícola como fuente principal de ingresos familiares.

En el período posterior a la dictadura franquista, Mollet vive una gran actividad política y sindical en defensa de las libertades y de los derechos sociales. Con la recuperación de los ayuntamientos democráticos, se impulsan todos los sectores: urbanístico, educativo, cultural, vecinal, deportivo, etc.

En 1992, Mollet es subsede de Tiro en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos; en 1993, se celebra el Milenario de la ciudad; y a lo largo de la década de los noventa se inauguran la Biblioteca Can Mulà, las pistas de atletismo, la Escuela Municipal de Música y Danza, el Museo Abelló y el nuevo Mercado Municipal, en la Illa de Can Mulà.

El nuevo milenio ha comportado la construcción de nuevos servicios en Mollet: el Complex Esportiu Ca n’Arimon, el nuevo Hospital de Mollet, el parque de los Colores, el parque de Les Pruneres, la nueva Casa de la Vila, con el mural de Joan Brossa en la fachada, nuevos jardines de infancia, servicios residenciales para gente mayor y nuevas zonas ajardinadas.

Mollet cuenta con edificios de interés arquitectónico de estilos diversos. Entre otros, cuenta con la iglesia románica de Gallecs y la gótica de Sant Vicenç; la masía y la torre de Can Borrell (s. XII); La Marineta, un hostal del s. XVI muy concurrido en su época y actualmente centro cívico y cultural; los edificios novecentistas de la Biblioteca de Can Mulà, rodeada por el parque de Can Mulà, y de Can Gomà, que alberga las escuelas municipales de música y danza y el teatro municipal; así como el edificio que aloja el Museu Abelló, la fachada neogótica de la farmacia Amadó y la modernista de la Casa Viñas, actual tienda Odet Saüc; la vivienda situada en la calle Itàlia, 2-4, y las casas de Can Boix, en la calle Berenguer III, 67, también modernistas; el moderno y confortable Hospital de Mollet, con excelentes vistas a Gallecs; el nuevo Mercado Municipal y la nueva Casa de la Vila, ubicados en la céntrica y moderna zona de L’Illa.

Mollet cuenta también con más de una treintena de esculturas catalogadas, repartidas por todo el término municipal. De las más céntricas, destacan el Menhir, situado en el patio de la Biblioteca de Can Mulà, la fuente modernista de la plaza Prat de la Riba, donde está también el antiguo ayuntamiento; la fachada del nuevo ayuntamiento, obra de Joan Brossa; el arco-fuente del parque de Les Pruneres; la Garriganga y el Arlequí, obras de Joan Abelló; y la Dona d'Aigua, en la Rambla Nova.