¿Cómo es la Fiesta Mayor de Verano?
Aunque el pregón del sábado por la tarde marca el inicio oficial de la Fiesta Mayor de Verano, el programa recoge actividades desde principios de la semana. Como en toda fiesta mayor, no faltan los actos de cultura popular, como los castillos, sardanas, gigantes y diablos. La música también tiene un papel importante, con conciertos dirigidos a todos los públicos, desde los más pequeños a la gente mayor, pasando por la juventud. Uno de los momentos más esperados de la fiesta es la Encendida del campanario, en la que los fuegos artificiales estallan desde el campanario de la iglesia al sonido de la música.
Teatro, humor, magia, juegos de calle, pasacalles, actividades deportivas... el programa de Fiesta Mayor no excluye a nadie de la celebración.
Los grupos de Morats y Torrats
Desde el año 1994, la Fiesta Mayor de Mollet tiene un aliciente añadido: la competición entre las colles de Morats y Torrats. Los grupos surgieron gracias a un grupo de gente del pueblo que quería dinamizar la fiesta y conseguir más participación de la juventud, animando a participar en divertidas pruebas basadas en el ingenio, la fuerza, la destreza, la originalidad. Desde entonces, las colles han ido creciendo y actualmente, durante los días de celebración, el pueblo se divide entre Morats (la pandilla de la buena comida) y Torrats (la pandilla del buen beber).
Bestiario de Fiesta Mayor: el Moll Fer y la Santa Teca
El Moll Fer es la bestia de fuego de los Torrats, estrenada en la Fiesta Mayor del 2009. Forma parte del Bestiario Popular de Catalunya y es la única fiera capaz de dividirse en dos mitades en pleno baile. Este pez feroz es una enorme bestia de cuatro metros de largo por dos de ancho, llevada por cuatro personas, que tira agua, escupe fuego y, al terminar la actuación, mana vino para los asistentes.
La idea de crear el Moll Fer surgió de un grupo de gente del grupo de los Torrats y tomó forma gracias a la escultora Dolors Sans, de Vilafranca del Penedès. Para explicar de dónde viene y quién es el Moll, hay una leyenda y un auca y también se ha creado una música que acompaña a la bestia en su baile. Según la leyenda, el Moll apareció por primera vez en las inmediaciones del torrente del Caganell, hace unos dos mil años. El Moll escupía fuego y desaparecía, pero a veces también tiraba agua o vino. La gente le temía, pero al mismo tiempo le admiraba. Siempre se le veía cerca de rieras, ríos y lagos; en los últimos años, se escondía en las cavas del champán Gomà. Finalmente, decidió dar la cara. O mejor, las caras, porque tiene muchas: es blanco y negro, día y noche, sensatez y desenfreno. Cada año sale de su madriguera por la Invocación del Moll Fer, en el Correfoc y el Baile del Moll Fer y, también, por la Fiesta Mayor de invierno.