Pineda Fosca

Esta carretera [el antiguo camino real] tenía el nombre de Pineda Fosca, porque atravesaba la pavorosa verneda conocida con tal nombre. Excepto su trayecto, lo otro eran unos zarzales, hiedras y ridortas. Los primeros alcanzaban la mitad de la altura de los gruesos amaneceres, chopos, olmos, pinos, sauces y alisos que la poblaban; los segundos se colgaban de las cabezas al haber llegado a las cumbres de las más altas ramitas. Los lobos, en el pico del día, muy a menudo con su presencia hacían detener los encuentros de los arrieros; el jabalí también se paseaba, y eran abundantes los conejos, tejones, ardillas y todo tipo de pájaros del país y forasteros (en su tiempo de paso), llamando tanto comida y canturias la atención de los zorros, gatos almizcleros, malolientes, fusinas [fagines] y hurones. También había pozas, fregaderos, acequias y una acequia maestro (aún está hoy), que hacía que hubiera mucho pez, anguilas, ranas, sapos, ranitas y nutrias; y en la carretera unos helechos que hacía que los carros fueran a menudo derrumbados hasta el botón y los machos se hundían hasta las rodillas y más arriba.