Del siglo XV al XVIII
En 1573 el rey concede el régimen municipal, con un consejo ordinario formado por doce personas: un alcalde, un clavario, dos jurados y ocho consejeros. Este funcionamiento tiene pocas variaciones hasta el decreto de Nueva Planta, en 1714. A raíz de la derrota catalana en la Guerra de Sucesión, las autoridades borbónicas abolen las antiguas leyes y el alcalde pasa a ser un administrador en lugar del jefe político del municipio. Mollet entonces depende del corregimiento de Mataró y el Ayuntamiento es supervisado en muchos aspectos por la alcaldía mayor de Granollers. Los nombres de las familias que desde el siglo XIV hasta el XVIII forman parte de los consejos siempre están vinculados a familias campesinas influyentes: Borrell, Fonolleda, Ros...
La población de la alcaldía se mantiene casi estancada entre 1497 y 1708 (entre 340 y 385 habitantes), pero a lo largo del siglo XVIII aumenta bastante: en 1787 llega a 768 habitantes (a Mollet le corresponde un 55%, un 35% en Parets, y un 10% en Gallecs).
Además de la labor religiosa, la iglesia de Mollet cumple funciones sociales y de liderazgo. En 1498, se empieza a construir una nueva iglesia, de estilo gótico tardío, que sustituirá a la anterior románica.
Mollet se encontraba en una zona estratégica de paso por la que pasaban dos caminos reales: el de Barcelona a Vic y el de Barcelona a Girona y Francia, que representaban frecuentados movimientos de tropas, además de un flujo comercial y cultural importante. El primero atravesaba el pueblo y el segundo iba paralelo al río Besòs; sufría, además, frecuentes ataques de bandoleros, sobre todo en la Pineda Fosca.
Pero gobernar un municipio con tres parroquias no era tarea fácil, y con frecuencia había conflictos. En 1732, Parets pidió su separación.